domingo, 18 de mayo de 2014

LA DEPRESIÓN EN CRISIS ECONÓMICAS


Durante la semana pasada, al iniciar mi primera semana de rotación por el servicio de psiquiatría, me encontré con muchos pacientes que presentaban síntomas de ansiedad y depresión que al indagar e ir mas profundo al problema que presentaban, note que la base de todo esto era que se encontraban pasando una mala situación o que venían desde hace varios años ya con esta situación la cual se les salia de las manos.  

Cuando vienen a nuestras vidas   los malos tiempos, de lo único que se habla y de lo único que se lee en los diarios y periódicos todo el día son  datos económicos negativos. Automáticamente, cualquiera ciudadano lo primero que hace es pensar  cómo todo esto puede llegar a afectar su vida a  futuro. En el  momento de crisis económica, lo lógico es que surjan todo tipo de dudas sobre la viabilidad del negocio o puesto de trabajo de cada uno, y sobre problemas que puedan llegar a surgir en breve.
Resultando  no extraño que aumenten los niveles de estrés de cada persona. Los problemas de índole económico están considerados una de las causas más frecuentes de estrés. llegado hacer  peor cuando el individuo tiene y debe responder por una familia que depende tanto económicamente como emocionalmente, y si una persona se encuentra emocionalmente mal contagiara a todos los individuos de su familia de esa mala energía ocasionando que la situación se torne mas angustiosa.

Consecuencias negativas del estrés
En época de crisis de cualquier origen  aumenta significativamente el  estrés, y éste perdurara por mucho  más tiempo. Como consecuencia de todo esto  aparece problemas de salud psicofisiológicos, es decir que la persona puede llegar a sufrir hipertensión, la fibromialgia, la cual día a día es de una mayor incidencia en la población, cefaleas y crisis de ansiedad.
Se debe tener mucho  cuidado, pues en muchos casos sobreviene un sentimiento de indefensión, casi siempre de una manera  exagerada  e irreal. Donde se  llega a pensar que uno está condenado al desastre haga lo que haga para sobresalir de esta situación.
Al mismo tiempo, aparece la desmotivación, y la frustración. Aparece la apatía, y por regla general las personas se vuelven más irritables, y también más distantes de sus seres queridos ocasionando que el ambiente familiar se torne cada vez peor de manejar, ya que todas las personas. que conviven en este se sienten mal y de una u otra forma culpables de todo este caos. 
                
Todas estas alteraciones podrían dar lugar a una depresión clínica, por lo que si se sufren las mismas y perduran en el tiempo, se debe tomar una conducta mas fuerte y asistir al especialista. 

Síntomas para tener en cuenta, lo que puede llegar hacer una depresión:

  • Sentirse  triste, sin emoción,  sentir miedo, vació.
  • Desinterés  y desgano  en casi toda la actividad diaria.
  • Insomnio o falta de sueño, o dormir demasiado
  • Cambio de apetito, podría aumentar de peso o rebajar
  • Agitación al caminar o retardo
  • Fatiga mental y física, poco energía.
  • Constante idea de muerte, deseo de acostarse y morir.

Varios autores que escriben sobre estas crisis y las consecuencias e estas recomiendan: 
1. Se debe mantener el buen humor. A veces resulta difícil, pero intentar reírse de sí mismo y de los problemas a veces le quita tensión al asunto, y ayuda a enfocar las cosas desde otro prisma.
2. Estrechar lazos sociales. Poder recurrir a contactos en el futuro resulta tranquilizador, pues cuanto más gente se conozca, más posibilidades existen de que algún conocido proponga nuevas oportunidades de negocio o trabajos que pueden resultar de gran ayuda en los peores momentos.
3. Realizar una planificación de gastos. Cuando existe una clara incertidumbre sobre el futuro, ayuda a tranquilizarse el disponer de un buen colchón de dinero para casos de necesidad. Para ello, conviene ahorrar. Se consigue planificando los gastos mensuales y prescindiendo de algún que otro capricho innecesario.
4. Resulta importante aceptar los hechos negativos. En muchos casos, no sirve de nada darle vueltas a la cabeza, y obsesionarse con lo que está ocurriendo, cuando la persona no puede hacer nada por evitar los problemas. Si se trabaja en un sector gravemente perjudicado por la crisis, conviene esforzarse para aguantar lo mejor posible, pero en muchos casos se haga lo que se haga resulta inevitable cerrar el negocio o perder el puesto de trabajo.

Venessa Medina Medina 

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